Mujeres sin ojos, así son las que no quieren ver la violencia psicológica y hasta física, que sufren a manos de sus maridos o su entorno social.
La violencia de género conlleva valores equivocados, con relaciones de poder de una sociedad masculinizada, que mediante las estructura, propaganda, tradiciones y acciones cotidianas la convierte en una sociedad patriarcal, vincula el temor de los hombres de ser excluidos del mundo de los hombres
Cuando esa venda caiga de los ojos a cada una de quienes se encuentran en ese círculo de violencia, se empoderen y comprendan que no tienen porque someterse, escucharemos menos noticias sobre discriminación y femicidio.
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