viernes, 14 de septiembre de 2018

Los girasoles

Literautas nos propone para este mes de septiembre enviar un relato que lleve por título Los girasoles y como reto opcional alternativo que el tema de la historia sea la guerra.

El siguiente es mi relato:


Corrían rumores de guerra en Villachica, por tal motivo, los esposos Ivanov querían parir una niña, ya que de ser varón estaría obligado a asistir al servicio militar. 

*** 

Nació Nikolay, fue creciendo hasta convertirse en un bello adolescente de rasgos apolíneos, pelo largo y rubio, muy apetecido por todas las mozas del pueblo, pero no se le veía entusiasmado por ninguna, por lo que el padre pensaba: 

«¿Será que ante tanto mimo de la madre se le desvió la hormona?» 

*** 

Estalló la guerra. 

—¡Los soldados vendrán a llevarse a los hombres útiles para defender el país!
—anuncia por megáfono el alcalde de esa comuna. 

Los padres del muchacho se angustian. 

—¡Me lo van matar! Lo más parecido a un arma que ha usado, es el hacha para la leña y ni con eso se le ven trazas —dijo la madre muy agobiada. 

Entonces, ella urde un plan para evitar que le arranquen de los brazos a su mimado. Lo habla con su marido y éste sin entender muy bien, acepta que el hijo no acuda a las filas, más por evitar el enojo de la mujer, que por convencimiento. 

Días después, llegan los reclutas, aporrean cada puerta para ingresar. En el hogar de los Ivanov, encuentran un hombre tosiendo y a una hermosa muchacha doblando ropa. 

—¿Hay más varones aquí además de usted, señor? —pregunta con voz autoritaria el cabo al mando, sin quitar la vista de la belleza de la joven, cuya cabellera rubia la adorna una diadema de girasoles. 

Los padres disimulan inquietos, temiendo que aquel miliciano sospeche algo. 

—No oficial, solo somos mi esposa Inga, mi hija Nikola y yo —contesta Boris en intervalos por la tos. 

El cabo lo mira. 

—Se le ven buenos brazos, tendrá que venir con nosotros. 

—¡No se lo lleven! —suplica la señora—. Es el único curandero del pueblo, lo vamos a necesitar. 

—Dadas las circunstancias, él nos será útil para los heridos. 

Ante el argumento del recluta, ella pide despedirse del esposo. Acceden entre pícaras sonrisas. La pareja pasa a otra habitación. Al salir, la mujer muy triste les encomienda que lo cuiden porque está enfermo. 

—¿Enfermo? ¿Qué padece? —preguntaron sorprendidos. 

—No sabemos, el médico de la capital dice que puede ser tuberculosis. 

Al momento Boris tose quedando casi morado y bota mucha sangre, por lo que ellos se alejan alegando que más bien este curandero debería curarse a sí mismo. 

Por la noche, la familia celebra la idea del disfraz y la herida a la lengua del marido, así ambos se libraron de ir al frente. 

*** 

La historia habría quedado ahí de no ser que el cabo Mijaíl quedó prendado de la moza de los girasoles y volvió a la semana siguiente. Los Ivanov convencen al hijo de mantenerse disfrazado ante las inminentes visitas. 

El oficial está luchando en batalla, pero cada vez que tiene licencia visita a la chica y le lleva regalos. Los progenitores están preocupados por la actitud del retoño, parece que le está gustando el papel y no le es difícil interpretarlo. Entonces, para separarlos, comentan al soldado que Nikola desde niña está prometida al hijo del doctor. Él hace caso omiso y promete volver en dos meses exactos, para pedir la mano. 

Por esos días llegó a la villa, Lena, una joven que movida por la fama del curandero, vino a tratarse la depresión por la pérdida del padre en combate. En el consultorio estaba Nikolay, no más verse quedaron flechados. Varias visitas más. Ella enamorada, se siente mejor. 

La guerra no concluía y la mentira al militar tenía que seguir, por lo que el chico cuenta a Lena lo que sucede. Ella lo ama y no desea volver a sufrir otra ausencia, así que lo apoya y junto a los pobladores planean una estrategia para librarlo de esa situación. 

*** 

Mijaíl ya nombrado capitán, llega al pueblo para cumplir la promesa. Queda extrañado al ver a todos reunidos en el cementerio, se acerca y ve a un destrozado Boris echando la última palada de tierra sobre una fosa. Un lugareño le dice que están enterrando a Nikola. Desesperado pide verla por última vez, ante la insistencia, Inga le cuenta entre lágrimas lo sucedido a su niña. 

—Quemaba sarmientos, de pronto se envolvió en llamas. No pudimos hacer nada. —Solloza desconsolada. 

El militar, ciego de aflicción, no se percata del muchacho entre los asistentes, solo coloca la diadema de girasoles sobre la tumba de su amada. 

Nunca más volvió.


NOTA: Leer aquí comentarios y mejorables en el taller de Literautas.




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lunes, 13 de agosto de 2018

El ambicioso burlado

¡Cuánta razón tuvo Eros, el turista griego! —dice Roched frotándose las manos. —Fue tan fácil ganársela hace unos meses en aquella apuesta, además de que me cedió todos los derechos. ¡Esto es una mina de oro! Lo que aún me parece extraño fue su actitud, más bien parecía aliviado al entregármela y concluyó diciendo que ahora trabajaría en algo mejor que tenía en mente. 

Se sacude la cabeza como si con eso espantara los pensamientos. Continúa revisando el material que solicitó con urgencia ya que las ventas, según las estadísticas de la semana anterior, van en aumento.

—Paja, fieltro, terciopelo, sedas, lazos, cintas y los hilos especiales. Está completo el pedido. 

Y como si hablara con alguien, prosigue diciendo:

—En esta isla soy el único que fabrica estos accesorios seductores y es que tienen el toque que le brinda esa fórmula secreta, que les impregna ese éxito rotundo.
—La avaricia aflora en su semblante. 

De la bodega, pasa a la tienda de despacho. Abre la ventana y desde ahí mira que apenas asoma el sol, el mostrador de caoba aún no recibe su cálida luz, por ello piensa que debe ser muy temprano, y es que no se entera de la hora, debido a que hasta el fino reloj de pulsera perdió anoche en el juego. 

Con libreta en mano, realiza una inspección por el laberinto de estantes, camina por delante de las diferentes secciones comprobando que cada una tenga el producto correspondiente y anota el diseño faltante para elaborarlo. 

—Aquí están los modelos vintage para el romanticismo; chapeos forrados en terciopelo rojo con esencia de pasión; güitos de paja para la conquista; tricornios de fiesta que ayudan a desinhibirse; gorros coloridos con filtros de belleza y en la sección de caballeros los de copa, que le brindan a él ese aire de je ne sais quoi.

Termina el control con una sonrisa de satisfacción. Se dirige a la puerta principal, gira la lámina de plata donde reza el grabado ABIERTO, así con mayúsculas y con luces de neón para que se lea desde lejos. Descorre el cerrojo del portón de metal. 

—Esta tienda está lista para comenzar —dice con entusiasmo y regresa al mostrador, al otro lado de este espera a su clientela, mientras tanto, confecciona sombreros. 

Pasa el día elaborando, el sol ya casi se oculta en el horizonte, ha terminado la jornada, llega a la puerta para cerrar y… 

—¿Qué extraño?, hoy por tercer día consecutivo, cierro la tienda sin que haya ingresado ningún cliente, no me lo explico. Este negocio no sabe de crisis y el amor no se limita por dinero. 

Empiezo a preocuparme, si la situación sigue así, no podré mantener mi nivel de vida.

Y ahora que me fijo bien, he visto muy poco movimiento en el pueblo. ¿Dónde han ido todos? —Se nota la preocupación en su rostro. 

Mientras está de pie en la entrada del establecimiento, ve pasar a una de sus clientas habituales, mujer regordeta, entrada en los cincuenta y que ha tenido varios romances, todos propiciados por sus sombreros, pero es tan insegura, con mirada huidiza que no logra afianzarse con ninguno, por ello es de sus mejores compradoras, así que le ha extrañado no verla desde hace días.

—Ummm —dice entre dientes al tiempo que se rasca la barba— lo que más me sorprende es que hoy luce resplandeciente, segura de sí misma y con un aura diferente. ¿Qué le habrá sucedido?

Ella vuelve su mirada a él al sentirse observada.

—¡Vaya, qué gusto verle Sr Roched! —expresa sonriendo.

—El agrado es para mí, Eleonora pase un instante para que hablemos. —Con cortesía la toma del brazo para que ingrese, entretanto ella le deja saber que será un momento porque va deprisa.

—Estaba muy preocupado por usted, imaginé estaría enferma al no verla por aquí—clama en forma casi paternal.

—Sí, es cierto…, hace casi un mes —suspira aliviada—. Quiero que sepa que he estado muy contenta de ser parte de su clientela durante todo este tiempo y le agradezco su ayuda, pero ya no necesito venir más. 

—¿Y eso a que se debe o ya no le gustan mis sombreros? —exclama con ansiedad.

—¡Es que me casé! —Enseña el anillo. —Salgo de excursión con otras parejas que gracias a usted se han formado. ¡Salimos todos en plan de luna de miel por varios meses! —comenta muy efusiva mostrándole el pasaporte y papelería de las rutas suministradas por la agencia de viajes Eros.

NOTA: Leer aquí comentarios y mejorables en el Taller de Literautas




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viernes, 11 de mayo de 2018

¡Te digo la verdad, lo vi!


La propuesta de este mes del taller de Literautas consiste en elaborar un relato con extensión libre, que tenga lugar en la cueva del dragón (signifique lo que signifique para cada uno de nosotros).

Como reto se le puede añadir un toque de dificultad, que todo el relato suceda dentro de esa cueva.

***

—¡Papi, papi, tienes que creerme, vino a verme! —dice emocionada y saltando sobre el lecho de su papá.

—¿Quién?, Kaida. No entiendo lo que me estás diciendo —expresa el padre bostezando mientras se despereza.

La nena va en busca del libro y se lo muestra. 

—¡Dago, este que me gusta pintar! —Señala con su dedito—. Quería llamarte para que vinieras a verlo, pero él me dijo con señas que no te despertara. 

Drake toma el libro para asegurarse a qué se refiere.

—¡Ay, cariño! —manifiesta dulcemente a su hija mientras le acaricia su cabecita— ya te lo he dicho muchas veces, solo en los cuentos y libros de colorear existen los humanos.


Kaida = Dragón pequeño





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lunes, 30 de abril de 2018

A dieta

Adellabrac.es nos propone un reto que consiste en escribir, cada mes, un relato de 5 líneas (aprox. 434 caracteres, incluyendo espacios) que contenga las tres palabras propuestas.

Las palabras de este mes de marzo son: Llamaron, comprendía y seguro





Me llamaron a pesarme y al estar sobre la balanza, a duras penas logré tener el peso por debajo del que se dice el ideal para alguien como yo en estas Navidades.

Él, desconcertado, no comprendía como lo había logrado si me alimentaba más que bien.

¿Qué cómo lo logro? Cuando comienza el año y hasta setiembre, ingiero todo lo que me gusta! Pero después me pongo a dieta, para que entonces el próximo fin de año, nuevamente mi peso no alcance lo óptimo, solo así es seguro librarme de la muerte.

No quiero acabar como el resto de los pavos.








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sábado, 21 de abril de 2018

Una nueva vida


Cada semana, Viernes creativo, nos propone  escribir un relato a partir de una imagen. 





En un lugar muy apartado de la ciudad, bajo un cielo plomizo, Marshal espera la llegada del cometa Hale junto a los chicos que están listos para partir. 

Todos visten pantalones deportivos, zapatillas de marca y un holograma atado a sus cuellos, es un cordón en el que se vislumbra una cabeza alargada, de tez gris, rapada y de ojos verdosos. Están dormidos por la toma de un barbitúrico, disuelto en una bebida de zumo de manzana y vodka. 

Le fue fácil convencerlos de lo que tenían que hacer, ya que en sus prédicas constantes les habló de desechar las envolturas (los cuerpos), para con ello lograr dejar la tierra y buscar una forma de vida superior en el espacio. 

El día ha llegado y por ello confiados se lo tomaron, con la creencia que al despertar estarán montados en una nave que viene con el cometa y va con destino a esa nueva vida y a la diestra de su creador.

El cometa hace su aparición, el líder grita: "¡Estamos listos!, ya son muchos años de aprendizaje aquí en este planeta Tierra, abandonaremos con alegría este mundo".

Y convencido de haber sido escuchado, el fundador de la secta toma el brebaje y se acomoda a la par de sus discípulos.








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viernes, 13 de abril de 2018

Bisoño de mago

Viernes creativo nos propone cada semana escribir un relato a partir de una imagen. 


Desde que el aprendiz de Criss Angel, fue despedido por un error a un espectador que colaboró para el acto de magia, el de la caja donde se corta un cuerpo con una sierra, optó por tomar el bosque como sala de exhibición.

 ¡Y le ha ido mejor!, la concurrencia no cesa de llegar, sobre todo para ver como el mago sigue preservando esas dos mitades tan vivas, aún al pasar los años. 

Lo que no saben es que su antiguo oficio era el de embalsamador.





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miércoles, 11 de abril de 2018

Cosas que cobran vida ante el bloqueo de la escritora

La ventana del estudio se abre violentamente, dando paso a una oleada de viento que con su soplo, hace pasar de continuo las páginas blancas del cuadernillo, tal como lo haría un experto con un juego de naipes. La brisa que desencadenan balancea, durante unos segundos la lámpara colgante, lo que provoca un momento de tensión en todas las cosas que están bajo ella. 

—Bueno, al menos ha sucedido algo emocionante, hace días que estamos aquí inertes, a la espera de la inspiración de la escritora, y no le llega la musa —comentan las hojas llenas de hastío.

La juguetona corriente de aire también se ha colado hasta el dormitorio, obligando a la manta a plegarse y en su descenso, deja al descubierto un cuerpo femenino ataviado con una fina lencería, que al sentir el frío, se incorpora en la cama para levantar y dirigirse hacia la cocina por algo caliente. Antes de poner los pies descalzos en el gélido suelo unas pantuflas corren a su encuentro. Y como ya es costumbre, el armario, presuroso abre su puerta para dar paso a la bata que va a proteger esa piel. El reloj hace ruido, llamando así la atención a unos ojos fatigados por el insomnio, les muestra que son las 3 de la madrugada.

El microondas está enojado porque siente interrumpido su sueño al ser utilizado a esas horas; con su accionar da cuenta de que alguien anda despierto. Ahora es la alfombra del pasillo, la que avisa de pisadas lentas que van hacia el estudio. 

—Silencio, alguien viene —susurra el lápiz.

La puerta mira que se acerca y se abre dando paso a Chejova, que lleva una humeante bebida de limón en la mano, y con paso cansado, primero cierra la ventana, después va al escritorio. Encima de este se encuentra el portavasos, que se aproxima a tiempo para ser utilizado. Rápida la silla se pone en posición. Los anteojos y el bolígrafo están listos al alcance. 

El cuerpo se deja caer pesadamente en el asiento, las manos se deslizan perezosas en las bolsas de la bata; con tristeza presienten que hoy, tampoco van a escribir, el pensamiento les recuerda la amenaza del editor, debido a que la última novela no tuvo las ventas y la acogida de la anterior que fue un bestseller, le dijo le retiraría el apoyo económico de no hacerlo mejor. Pero de pronto, ¡ha surgido una idea en la cabeza! y como si algo las picara, saltan de su escondite, con entusiasmo una toma el boli y la otra los lentes, las patillas buscan acomodarse sobre las orejas descubiertas y las almohadillas quedar justo a los lados del puente de la nariz.

«A ver si esta vez disfrutamos del comienzo de una historia» —piensan expectantes las cosas en la estancia.

El lapicero está feliz, ha sido tomado por unos dedos, cae a la hoja en blanco que deseosa lo recibe y danzando empieza a garabatear.

***

La bebida se enfrió, el sol ya ha salido e ilumina el horizonte, y en el buró, hay varias páginas engalanadas de tinta negra, sobre ellas duerme Chejova, con una sonrisa de satisfacción.
El texto anterior participa del ejercicio de escritura “Móntame una escena” de literautas.com correspondiente al mes de abril del 2018, que el relato sea protagonizado por un escritor o escritora con miedo al folio en blanco. 

Y opcional que aparezcan en el texto las palabras lencería, lápiz y limón.






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